Hola a todos,
Como bien sabeis, los acontecimientos previos al 22 de mayo, están dando que hablar en todos los medios de comunicación nacionales e internacionales. A través de las redes sociales como principal medio de comunicación, y sobre todo a través de Facebook se ha creado en tan solo unos días una llamada colectiva y multitudinaria, que ya denominan Spanish Revolution en la mayoría de medios y sin duda esto va para largo.
Un familiar mio (recién licenciado en psicología, con master y sin empleo), ha escrito una carta a la International Psychoanalysts Asociation, y me gustaría que la leyerais y reflexionarais:
Querida Ana,
Te escribo desde la distancia que supone un océano de por medio, desde la visión que confiere salir de tu realidad cotidiana para poder pensarla.
Me propusiste en aquella manifestación del 15 de mayo en la que exigíamos de una vez por todas democracia real ya que escribiera una carta sobre la situación de los jóvenes en España, acepté el reto prometiéndome hacerlo lo mejor posible y teniendo en cuenta que yo escribiría siempre desde mi experiencia personal, no pudiendo generalizar a todos los jóvenes y pasando por alto multitud de casos diferentes al mío.
Cómo muchos jóvenes de mi generación tomé la decisión de emigrar en busca de un futuro posible, la decisión de dejar amigos y familiares y embarcarte en un viaje de incierto destino no es fácil, pero aún peor es vivir con el futuro negado en un lugar dónde se ignoran tus necesidades más básicas.
Nos han bautizado cómo la generación perdida, la generación ni-ni (ni estudian ni trabajan), los jóvenes sin futuro, por aquellos que tienen el dudoso honor de poner nombre a la desgracia ajena, yo prefiero transformar el pesimismo en oportunidad de cambio y llamarla la generación que despertó.
Somos hijos del conformismo crónico en un modelo de sociedad que no ha sabido cumplir nada de lo que prometía, nuestros padres crecieron con el terror de la dictadura de fondo, convencidos de que la llegada de una democracia bipartidista resolvería todos los problemas, y así dejaron en manos de una élite político-económica la construcción de sus propios sueños, sueños convertidos en derroche y creación de necesidades artificiales, de un desarrollo cuyos efectos colaterales ahora empezamos a sufrir.
Somos fruto del desarraigo, nuestros abuelos y padres abandonaron la tierra que les daba de comer y se hacinaron en barrios olvidados o en urbanizaciones privadas los más afortunados, pasando a depender de un sistema en el que sólo existirían cómo consumidores.
Somos testigos de la caída de las ideologías, del triunfo del “American Way of life”, Crecimos entre películas de Hollywood y Reality Shows, la vida cómo un gran tiovivo del espectáculo, teníamos en casa todo lo que necesitábamos pero nos faltaba lo esencial, para nosotros todas las comodidades, para nosotros nada por lo que luchar.
Convencidos de que seguiríamos el camino de nuestros padres fuimos a la Universidad, siempre obedientes, siempre guiados por expertos que nos aconsejaban lo correcto, veíamos cómo se premiaba la mediocridad, vomitábamos datos cómo loros para poder obtener nuestros títulos, sin espacios para la expresión, fuimos consumidores de don simón los jueves, y los viernes y los sábados, bebíamos para perder el aliento, bebíamos quizás para olvidarnos de una realidad que nos dolía en el alma.
Pero ahora parece que despertamos, ahora parece que salimos a la calle y no es para drogarnos, sino para decir ¡Basta!, para decir bien alto y bien fuerte que no queremos seguir viviendo en ésta farsa, en esta mentira en que se ha convertido la democracia, en esta guerra que niega rostros y excluye voces, lo tenemos fácil, no tenemos nada que perder, nosotros los jóvenes sin futuro, sin casa, sin trabajo, sin dignidad, salimos a exigirlo todo, y lo exigimos en nuestro nombre y no en el nombre de ningún partido, queda un mundo que arde y otro que queremos construir, seamos todos juntos partícipes de ése mundo, no dejemos nunca más nuestro futuro en sus manos.